La Policía imputa nueve robos con violencia al detenido por asaltar a mujeres.

Tras fugarse de prisión, en menos de un mes causó lesiones a varias mujeres mayores de 60 años a las que también robó dinero en efectivo, joyas y tarjetas bancarias

Agentes de la Policía Nacional han imputado nueve robos con violencia o intimidación al detenido por asaltar a mujeres en Gijón. Tras fugarse de prisión, J.D.C.G., de 36 años, en menos de un mes causó lesiones a varias mujeres mayores de 60 años a las que también robó dinero en efectivo, joyas y tarjetas bancarias. Se ocultaba en el domicilio de un conocido, que también ha sido arrestado, donde tenía preparadas las maletas para huir de la ciudad. La Sección de Análisis de Conducta colaboró en las investigaciones, que continúan sobre hechos similares en otras provincias.

Soledad y oscuridad para no ser descubierto

La investigación comenzó el pasado día 16 de noviembre, cuando se tuvo constancia de una agresión en la calle Garcilaso de la Vega en la que la víctima, una mujer de 62 años, fue asaltada a las 16.30 horas. Fue abordada por la espalda y golpeada en el rostro por el atacante, que le causó la fractura de nariz y pómulos y le sustrajo el bolso con su documentación y 100 euros.

La segunda denuncia se interpuso el día 18. En este caso una mujer de 65 años, a las 13 horas de ese día había sufrido la agresión y el robo del dinero de la caja registradora en su panadería. Ese mismo día, se conoció que anteriormente, el día 15, había tenido lugar el primer hecho hasta entonces no denunciado. Robaron el bolso a una mujer de 81 años, aunque en esta ocasión el relato de los hechos es confuso y la víctima no recordaba bien si se había desmayado o si había sido agredida para sustraérselo. En estos tres primeros ataques todavía el autor no había desarrollado un modo de actuación que permitiera evidenciar que se trataba de un mismo agresor o eran cometidos por varias personas.

Es a partir del 23 de noviembre cuando el autor de estos hechos empieza a adoptar un mismo patrón de conducta. Desde ese día comenzó a actuar al anochecer, valiéndose de la escasez de luz. Atacó a mujeres que caminaban solas, abordándolas por la espalda en calles poco transitadas o al entrar a un portal. Golpeó en el rostro a las víctimas para eliminar toda resistencia y robar sus pertenencias. Con esta violencia y rapidez de actuación se garantizaba la sorpresa y el desconcierto de las víctimas, que sólo podían protegerse de sus ataques sin poder aportar datos concretos sobre la descripción del autor. Los únicos datos conocidos eran que se trataba de un hombre alto, delgado y de unos 30 a 35 años de edad. Cinco robos más fueron cometidos en portales, un ascensor y la vía pública los días 23, 25, 27, 1 y 5. En todos los casos las víctimas quedaron inconscientes en los ataques y fueron trasladadas a un centro hospitalario con contusiones faciales o fracturas óseas, la de mayor gravedad, una mujer de 64 años que tuvo que ser intervenida quirúrgicamente por una fractura de mandíbula.

Una vez analizadas las primeras denuncias y ante la evidencia de que se un mismo individuo estaba detrás de los ataques, fundamentalmente cometidos en los barrios de El Centro, El Llano y El Coto de Gijón, se estableció un amplio dispositivo, siendo una absoluta prioridad la localización del autor de estos hechos. Asimismo se difundió una alerta a los centros de mayores, asociaciones vecinales y de mujeres, dando cuenta de estos episodios violentos para que extremaran las medidas de seguridad y de autoprotección.

Informe sobre el perfil psicológico del delincuente

Pese a las numerosas pesquisas policiales, la escasez de datos obtenidos sobre el autor, la vaguedad de las descripciones de las víctimas y la escasez de testigos hacía muy compleja su identificación y localización. Ante estas dificultades operativas se solicitó colaboración de la Unidad Central de Inteligencia Criminal, Sección de Análisis de Conducta (S.A.C.), que elaboró un perfil psicológico del delincuente. Las pesquisas policiales fueron complicadas y barajaron varios sospechosos que se ajustaban a la descripción proporcionada por las víctimas. Esta tarea se vio facilitada por las grabaciones de videovigilancia que grabó la imagen del autor mientras cometía el último asalto el jueves día 12 de diciembre de 2013. Desde ese momento fueron rastreados y controlados todo tipo de establecimientos, se cotejaron las bases de datos policiales y se consiguió determinar la identidad del sospechoso. J.D.C.G., natural de Tenerife, con numerosos antecedentes por delitos violentos figuraba fugado del Centro Penitenciaro de Topas en Salamanca, donde no se había reintegrado tras disfrutar de un permiso carcelario. Lograda la identificación del autor, se intensificaron las comprobaciones para determinar su paradero en esta ciudad, poniéndose en marcha un dispositivo policial en el que intervinieron efectivos de las distintas Brigadas de la Comisaría. El operativo culminó con la detención del sospechoso el pasado sábado, fruto de un prolongado despliegue en el entorno de su domicilio, que se había localizado horas antes gracias a la colaboración ciudadana y sobre el que se establecía un control e intensa vigilancia para evitar su huida.

En el registro de su vivienda se comprobó que el arrestado tenía preparadas las maletas para abandonar la ciudad y en ellas se hallaron las prendas y calzado que utilizaba en sus asaltos y que están siendo analizadas por la Policía Científica. Fue detenido asimismo un hombre de 21 años de edad de origen marroquí que le proporcionaba cobijo y lo ocultaba en su casa tras cometer los asaltos. Ambos se habían conocido en un Centro Penitenciario en el que cumplían condenas por delitos contra el patrimonio. Las investigaciones aún continúan para complementar la recogida de indicios y elementos probatorios con los que pasar el detenido a disposición Judicial y, en especial, aquellos que puedan, en su caso, para servir a su incriminación en otros posibles asuntos por otros lugares del territorio español.

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