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La Deportiva logró un meritorio empate en su visita al “Nou Estadi” de Tarragona, lo que no le sirve demasiado para salir de su complicada situación

La igualada no satisfizo a ninguno de ambos contendientes, pues los tarraconenses se hallan ahora fuera de los puestos de la promoción de ascenso mientras que los blanquiazules continúan bastante cerca de los lugares de descenso y a tan solo dos puntos del equipo que marca esta peligrosa línea “roja”: el R. C. D. Mallorca.

El conjunto local, de esta manera, completa una racha de cuatro partidos en los que obtuvo otros tantos puntos (con lo que “se aficiona” a las tablas).

El choque se inició con la inesperada irrupción de un golpe de suerte para los foráneos: en el minuto 2, cuando Aguza centraba hacia el área rival, el zaguero Xavi Molina conectaba un cabezazo que se encaminaba hacia el interior de su portería. Su cancerbero, sorprendido por el cambio súbito de trayectoria del esférico, no pudo en absoluto enmendar tamaño error.

A partir de este momento – y durante la primera media hora de juego – los locales dominaron con mayor intensidad aunque su efectividad y capacidad, al objeto de culminar las jugadas en su ofensiva, se evidenciaba insuficiente.

La Ponferradina, perfectamente ubicada sobre el césped, empleaba un sistema basado en un 4-4-2 notorio y con una estructuración nítida. Esta circunstancia impedía una progresión adecuada a los avances de los hombres entrenados por Vicente Moreno.

En el minuto 7 un disparo, desde larga distancia, de Tejera se elevaba demasiado.

En el minuto 12, al contrario, Berrocal se benefició de un resbalón dentro del área de Iago Bouzón. Su definición final fue deficiente.

En el minuto 14 el portero Reina blocaba con seguridad un tiro procedente de Basha.

Llegados al cuarto de hora que clausuraba esta mitad de principio el encuentro se apaciguó en cierto grado. Los tarraconenses se dedicaban en exceso a formular protestas al juez de la disputa y, en sentido opuesto, los visitantes controlaban mejor el discurrir del enfrentamiento deportivo. Y hasta gozaban de alguna opción en la ejecución de faltas (“a balón parado”).

En el minuto 44 el mediocentro Aburjania ensayó un chute desde lejos que salió desviado, por encima del larguero del portal del rumano Dinu.

Una vez consumido el período de intermedio, los de la ciudad romana se conjuraron en la búsqueda inmediata del equilibrio en el luminoso. Y su pretensión alcanzó una pronta concreción. Tras – en el minuto 48 – una internada del dinámico Emaná por la izquierda con pase al primer palo que detuvo Moldovan, se produciría la acción que desembocaría en el único gol de los “granas”. El interior atacante Naranjo remató en solitario, en el entorno del punto de penalti, y el cuero se coló en las mallas del cuadro preparado por “Fabri” González. El servicio había sido proporcionado con anterioridad por el lateral Mossa.

Esta dosis de moral inducida repercutió positivamente en el equipo catalán, que se lanzó al acecho del portal de sus rivales. No obstante, se constataba una carencia de incisividad y habilidad en la resolución de las ocasiones elaboradas.

En el minuto 70 el organizador Emaná envió la pelota hacia la portería de la “Ponfe”, al recibir previamente un centro de Lobato al área. Y nuevamente, en el minuto 76, el habitual y participativo Emaná se plantó solo ante Dinu. Se jugó todo en un “mano a mano” con el arquero, ganando este la arriesgada apuesta.

Del lado de sus oponentes ponferradinos, en cambio, simplemente cabe destacar la cesión de un córner por el guardameta Reina.

Transcurrida esta fase de claro color catalán sucedió un intervalo en el que, disgregado y disuelto el sistema férreo en la banda ancha del campo, las acciones adquirían una anarquía y rapidez superior, con alternativas constantes.

En el minuto 80 el protagonista fue el central gerundense Alan Baró. Remitió un pretendido cañonazo, que solucionó el meta Reina con una excelente intervención.

Los 10 minutos del epílogo se revelaban “de infarto2, por lo incierto de la resolución definitiva. Las dos escuadras, al revés de lo aguardado, no se mostraban contundentes en la terminación y materialización de sus combinaciones ofensivas. Y así el electrónico reflejó un marcador que no ayuda, en realidad, a ninguno de los dos contrincantes “necesitados” por bien diferentes razones.

ALINEACIONES:

  1. GIMNÀSTIC DE TARRAGONA:

Reina; Xisco Campos (min. 69, Lobato), Bouzón, Molina, Mossa; Tejera (min. 46, Madinda), Aburjania; Jean Luc, Emaná, Naranjo (min. 85, Marcos de la Espada); y Aníbal.

  1. D. PONFERRADINA:

Dinu; Seoane, Raillo, Ignasi Miquel, Casado; Acorán, Alan, Basha (min. 89, William), Antón (min. 77, David Caiado); Berrocal (min. 92, Melero) y Aguza.

ÁRBITRO:

El Sr. Trujillo Suárez, del Comité tinerfeño. Amonestó con cartulina amarilla a Tejera (min. 29), Jean Luc (min. 36), Xisco Campos (min. 62), Aburjania (min. 62) y Emaná (min. 92), por el bando granate; y a Aguza (min. 41), Ignasi Miquel (min. 53), Alan (min. 58) y David Caiado (min. 83), por el lado de los adversarios. También enseñó tarjeta amarilla al técnico lucense “Fabri” (min. 59).

INCIDENCIAS:

Partido correspondiente a la 29ª Jornada de la Liga Adelante, cuyo escenario fue el “Nou Estadi” de Tarragona. La entrada, conforme al recuento oficial comunicado, ascendió a unos 7.272 espectadores. En el preámbulo del encuentro se guardó un minuto de silencio en memoria del reciente fallecimiento de Manel Sanromà, a quien pertenecía el carnet de socio n.º 2 de la Entidad futbolística local.

                                                         Marcelino B. Taboada

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