Daría la impresión de que no hay dos sin tres y que, además en este caso, el ritmo de la política galega lo marcaría en parte el lehendakari vasco.
Pues bien, tras las convocatorias del 1 de marzo de 2.009 y del precedente 21 de octubre del 2.014, nuevamente este próximo 25 de septiembre – primer domingo del otoño – se solaparán parcialmente ambos comicios regionales y/o nacionales (a elegir, según gustos).
Llama poderosamente la atención de que el Presidente gallego, Alberte Núñez Feijóo, reiterara en diversas declaraciones su pretensión de fijar el día de las elecciones en octubre (el 16 o, tal vez, el 23 de este preciso mes). Este es su segundo desmentido de un alcance inusitado, puesto que es sabido su proclama altisonante de que no se volvería a presentar como candidato para más de dos legislaturas. Su credibilidad, en suma, ha quedado reducida a su mínima expresión.
JUSTIFICACIÓN y CRÍTICAS:
Inmediatamente después de conocerse la decisión, compartida por el Ejecutivo de la Junta, se publicaron unas declaraciones del Sr. Feijóo que resaltaban su aprobación a sumarse a la cita con las urnas vasca en idéntico plazo.
Sus tres motivaciones y razonamientos inconsecuentes eran meras disculpas: no profundizar en la inestabilidad y falta de Gobierno a nivel estatal, no abusar del hartazgo de la población enfrente de una excesiva citación electoral y, finalmente, colocando a su Comunidad en calidad de “ejemplo y exponente de estabilidad y buena política” (recordando que representa al exclusivo territorio con una mayoría popular ostensible).
Las razones aportadas fueron rápidamente desechadas por las otras formaciones contendientes, con mayor o menor rotundidad. Así, el P. S. de G. señaló hacia aspectos como el seguidismo del calendario de Euskadi sin beneficio alguno, otros factores partidistas y espurios en cuanto al panorama nacional español y la subordinación de Galicia “a los designios y propuestas” provenientes del País Vasco.
Más contundente fue la reacción de los nacionalistas del B. N. G. calificando a Feijóo de farsante y “marioneta”, incumpliendo por enésima vez su palabra empeñada, ponderando su abdicación o absentismo “en cuanto al ejercicio de sus competencias exclusivas” en este sentido y su “ventajismo”, procurando obtener réditos de la desorganización o dificultades de sus rivales.
EL ESTADO DE LA CUESTIÓN ACTUAL:
Euskadi:
Aquí se hallan la concurrencia y programas algo más desarrollados que en el noroeste peninsular. El Partido Nacionalista Vasco, que estableció la votación en el “Día del Partido”, prosigue con su oferta de aspirante: el lehendakari Íñigo Urkullu. Por otra parte, todos los sondeos o pronósticos le adjudican la victoria. E. H.-Bildu pugnará por el segundo lugar, si bien su cabeza de lista – Arnaldo Otegi – es dudoso y su aceptación, a finales de agosto, por la Junta Electoral de Guipúzcoa dependerá de la maniobra “interpretativa” de “suspensión del sufragio pasivo” (contenida en una Sentencia sin otras pormenorizaciones). El término admite varias componendas y comprensiones diversas, según los actores afectados.
Por otro lado, la Coalición Podemos se encontraba durante la última semana en pleno proceso de primarias: a pesar de los múltiples pretendientes, se indicaban como favoritos: Pili Zabala – con el soporte del aparato -, Juan Luis Uría y Rubén Belandia. Y la “nominada” por los dirigentes orgánicos se impuso con claridad.
El Partido Socialista (P. S. E.-E. E.) competirá con una mujer, Idoia Mendia, con unas perspectivas de estancamiento.
El Partido Popular no ha comunicado su número uno. No obstante, todo hace suponer que se sustancie su preferencia entre dos notables: Alfonso Alonso, Ministro de Sanidad y Consumo “en funciones” y Javier Maroto.
Galicia:
En las tierras galaicas la sorpresa del “adelanto” de la campaña electoral podría perjudicar a opciones concretas.
Al Partido Popular y a los nacionalistas del Bloque, ambos “cotizando a la baja” respecto al 2.012, dicha “improvisación” no les ha supuesto demasiados obstáculos. El avance con el que habían encarado el evento era una garantía de seguridad, también en forma de lanzamiento de candidaturas.
No es justamente lo anterior lo que le sucede y trasluce el Partido Socialista (P. S. de G.), cuyo líder – Xaquín Fdez. Leiceaga, alias “Xocas” – mantiene un pulso con un sector de su propio partido, lo que no le augura un futuro tranquilo ni prometedor.
Todavía peor “pinta” para los otros dos que se disputarán la asignación de electos en la “patria de Rosalía”. En Marea no tiene ni tan siquiera propuesta de persona “de consenso” en su cercano proceso de primarias. Tampoco, hasta mañana, se sabrá si Podemos se une, alía y disuelve en esta formación “de confluencia” instrumental. Más compleja es la situación de Ciudadanos, contrincante al que la demoscopia le prevé la consecución de una residual cifra de Parlamentarios: 1-2.
Marcelino B. Taboada
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