La Junta de Castilla y León autoriza más incineración de residuos en la cementera de Toral de los Vados
La Junta de Castilla y León autoriza más incineración de residuos en la cementera de Toral de los Vados
- Mientras otras provincias rechazan proyectos por su impacto en la salud, El Bierzo asume nuevas cargas ambientales sin evaluación pública.
El Bierzo, 21 de mayo, 2025.- Mientras la Junta de Castilla y León ha anunciado la próxima construcción, en un lugar desconocido, de una macroincineradora de basuras que deberá valorizar la materia orgánica del contenedor gris de las nueve provincias castellano-leonesas y será más grande que la de Madrid. Y en Burgos y Soria se han apresurado a rechazar sendos proyectos de incineración por el miedo a las consecuencias sobre la salud de las personas, Toral de los Vados vuelve a distinguirse como el «vecino que nadie quiere cerca», con esta nueva autorización concedida a la multinacional brasileña Votorantim.
La asociación Ecologista Bierzo Aire Limpio analiza así la Orden MAV/392/2025, de 14 de abril, que concede a la multinacional brasileña Votorantim Cementos una nueva autorización ambiental (MNS nº16) que permite incorporar ahora al precalcinador combustible derivado de residuos (CDR). Esta autorización complementa la ya concedida por la MNS nº13 (Orden MAV/1085/2022), que autorizaba hasta 35.000 toneladas anuales de CDR como combustible alternativo.
Aunque la nueva modificación no incrementa de forma oficial la cantidad total de residuos autorizados, sí lo hace de facto, ya que, según la propia documentación del proyecto, “la línea del horno está en condiciones de sustituir más combustibles fósiles por combustibles alternativos”. Es decir, se amplía el uso real de residuos como fuente energética sin una evaluación completa de sus impactos acumulativos.
Para Bierzo Aire Limpio, “este cambio debería considerarse una modificación sustancial, según el Reglamento de Emisiones Industriales (REI), ya que incrementa la capacidad de tratamiento de residuos no peligrosos de tres a cuatro toneladas por hora, superando el umbral establecido. Por tanto, no puede ser autorizado sin seguir el procedimiento administrativo correspondiente, que incluye nueva evaluación ambiental y participación pública.”
Una vez más, “el negocio de las basuras convierte a El Bierzo en zona de sacrificio”, con decisiones de la Junta de Castilla y León que ignoran la realidad ambiental y social del territorio. “Urgimos analizar con rigor la calidad del aire, realizar estudios epidemiológicos sobre enfermedades oncológicas en la comarca, y evaluar el papel de fenómenos como la inversión térmica en la acumulación de contaminantes. Todo ello bajo la aplicación estricta del principio de precaución”, tal y como establece la normativa europea y nacional, insisten desde Bierzo Aire Limpio.
El colectivo ecologista se suma a la demanda de Ecologistas en Acción, que ha solicitado a la Junta la revocación inmediata de las autorizaciones ambientales que permiten la incineración de residuos en varias localidades, entre ellas Toral de los Vados. Asimismo, “reclamamos la paralización del proyecto autonómico de construcción de una macroincineradora para el tratamiento de residuos municipales en toda Castilla y León.”
Las macroincineradoras, no son justificables bajo el argumento de cumplir con los objetivos de reciclaje, porque incinerar residuos no es reciclar. “Centralizar el tratamiento de residuos no tiene sentido si el objetivo real es reciclar y reducir su generación. Los residuos deben gestionarse localmente, fomentando su tratamiento en origen y responsabilizando a los productores.”
Además, la incineración va en contra de la jerarquía de residuos, que prioriza la prevención, la reutilización y el reciclaje por encima de la “valorización energética”. A ello hay que añadir que Castilla y León no tiene en vigor actualmente, una planificación autonómica de residuos, dado que la anterior fue retirada tras una sentencia judicial y sigue sin tener aprobada una nueva planificación.
El interés de promover la incineración no parece, pues, estar relacionado con una verdadera estrategia de sostenibilidad.
En este escenario, la cementera de Toral de los Vados abraza el discurso de la sostenibilidad mientras alimenta sus hornos con residuos como neumáticos fuera de uso, plásticos y desechos industriales. Bajo la etiqueta de “valorización energética”, se oculta una estrategia que reduce costes operativos, pero siembra dudas sobre el precio, la calidad del producto y la salud ambiental.
Paradójicamente, mientras la sustitución de combustibles fósiles por residuos subvencionados debería abaratar la producción, el precio del cemento se ha duplicado desde 2019, pasando de 60-70 € a más de 130 € por tonelada en 2024. El cemento es ahora más caro, aunque más barato de producir. ¿Dónde queda entonces la eficiencia proclamada?
La etiqueta de “cemento verde” se sustenta en una supuesta reducción de emisiones de CO₂, pero diversos estudios advierten que la incineración de residuos puede comprometer la calidad del clínker —el corazón del cemento— y con ello, la resistencia y durabilidad del hormigón.
Análisis independientes han detectado una mayor variabilidad en la composición del producto, lo que implica estructuras más frágiles, con tiempos de fraguado irregulares y menor rendimiento en condiciones exigentes. El Instituto Eduardo Torroja de Ciencias de la Construcción advierte incluso sobre la presencia de metales como zinc y cromo, que alteran los procesos fundamentales del material.
Así, mientras se predica la sostenibilidad, la realidad se desmorona como un edificio construido con cemento mediocre: el cemento se encarece, su calidad se pone en entredicho, y el aire de El Bierzo se carga con compuestos cuyo impacto nadie parece querer medir. Todo ello amparado por una normativa que sigue llamando “valorización” a lo que no es más que incineración industrial de residuos.
Invitamos a presentar el siguiente Recurso de Reposición contra la autorización, cuyo plazo finaliza el 22 de mayo, que se encuentra en el siguiente enlace: